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15 de noviembre de 2024
Queridos hermanos:
Las elecciones nacionales en USA finalmente terminaron. Frente a muchas dificultades y enormes problemas—espirituales, económicos, gubernamentales y sociales—el pueblo eligió no seguir yendo precipitadamente hacia más anarquía. Si bien este cambio no es un arrepentimiento para salvación, puede ser un cambio suficiente para detener la mano del juicio de Dios contra la nación por el momento. Puede ser que Dios quiera ver cuánto cambiamos. ¿Elegiremos regresar a la ley y el orden, al sentido común, e incluso reconocerlo como nuestro Dios?
Hay muchas pruebas de que Dios ha intervenido directamente en la vida de Donald Trump—lo ayudó a superar toda la guerra ilegal que se le había impuesto, lo protegió de dos intentos de asesinato y luego le dio una resonante victoria en las elecciones presidenciales. El propio Trump lo reconoce. Después del primer atentado contra su vida—que sólo le hirió la oreja en lugar de volarle su cabeza—humildemente dijo en la Convención Republicana: “Estoy ante ustedes esta noche por la gracia del Dios Todopoderoso”. Recientemente dijo: “Mi fe adquirió un nuevo significado el 13 de julio en Butler. Me tiró al suelo lo que parecía una mano sobrenatural. Me gustaría pensar que Dios me salvó”. Más tarde añadió: “Cuando miro el recorrido y los acontecimientos de mi vida, ahora me doy cuenta de que ha sido la mano de Dios la que me ha llevado a donde estoy hoy”.
Sorprendentemente, Trump entiende que, aunque hubo una elección en la que votaron millones de personas, fue Dios quien trajo los resultados finales. Como Daniel le dijo al rey Nabucodonosor, el Dios del cielo y de la tierra es Quien “remueve reyes y coloca reyes” (Daniel 2:21).
Cómo juzga Dios a las naciones: La Palabra de Dios revela que Dios está juzgando constantemente a las naciones, como le dijo a Jeremías: “La Palabra del SEÑOR que vino a Jeremías, diciendo, “Levántate y baja a la casa del alfarero, y allí haré que oigas Mis palabras.” Entonces bajé a la casa del alfarero, y, he aquí, él estaba trabajando en su rueda. Y la vasija que él hizo de arcilla estaba arruinada en la mano del alfarero, entonces él la hizo de nuevo en otra vasija, como le pareció bueno al alfarero hacerla.
“Entonces la Palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo, “Oh casa de Israel, ¿No puedo hacer con ustedes incluso como este alfarero?” dice el SEÑOR, “He aquí, como la arcilla está en las manos del alfarero, así están ustedes en Mi mano, Oh casa de Israel. Si en cualquier momento Yo hablare concerniente a una nación, y concerniente a un reino, para arrancarlo y para derribarlo, y para destruirlo; si esa nación, contra la cual he hablado, se volviera de su maldad, Yo me arrepentiré del mal que pensé hacerles.
“Y si en cualquier momento Yo hablare concerniente a una nación, y concerniente a un reino, para construirlo y para plantarlo; si esa nación hace mal a Mi vista, y no obedece Mi voz, entonces Me arrepentiré del bien con el cual dije que les haría bien” ” (Jeremías 18:1-10).
Cómo se arrepintió Nínive: El único relato en la Biblia de una nación que realmente se arrepintió de su maldad está registrado en el libro de Jonás. “Y la Palabra del SEÑOR vino a Jonás la segunda vez, diciendo, “Levántate, ve a Nínive, a esa gran ciudad, y grítale la proclamación que estoy declarándote.” Y Jonás se levantó y fue a Nínive, de acuerdo a la Palabra del SEÑOR. Y Nínive era una ciudad muy grande de tres días de viaje al otro lado.
“Y Jonás comenzó a entrar en la ciudad a un día de viaje, y él gritó y dijo, “¡Todavía cuarenta días y Nínive será derribada!” Y el pueblo de Nínive le creyó a Dios. Y proclamaron un ayuno, y se pusieron cilicio, desde el más grande de ellos incluso hasta el menor de ellos, porque palabra vino al rey de Nínive, y se levantó de su trono. Y dejó a un lado su manto, y se cubrió a si mismo con cilicio, y se sentó en cenizas. E hizo que fuera proclamado y publicado a través de Nínive por el decreto del rey y sus grandes, diciendo, “No prueben nada hombre o bestia, manada o rebaño; no los alimenten, ni beban agua. Sino que hombre y animal sea cubierto con cilicio, y griten poderosamente a Dios. Y cada uno vuélvase de su mal camino, y de la violencia que está en sus manos. ¿Quién sabe? Dios puede arrepentirse, y puede tener lastima y apartarse de Su ira feroz, para que no perezcamos.” Y Dios vio sus obras, que ellos se volvieron de su mal camino. Y Dios se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jonás 3:1-10).
El arrepentimiento siempre es una elección: Este es un ejemplo tremendo de que el arrepentimiento genuino y profundo siempre es una elección—para individuos, familias, grupos o incluso naciones. Sin embargo, uno debe creerle a Dios y dejar de pecar—porque Él es el Legislador, ya sea que seamos convertidos o no.
En estas elecciones quedó en evidencia que la mayoría de la gente optó por rechazar la agenda mentirosa y satánica de la elite poderosa. Escogieron aceptar la ley y el orden, y el sentido común—lo que está de acuerdo con las leyes de Dios. Por otra parte, no se trató de un arrepentimiento para salvación, sino de un arrepentimiento en la letra de la Ley—un alejamiento del mal, evitando así más castigos y correcciones nacionales y personales.
Comenzando con Adán y Eva, Dios ha puesto opciones ante cada persona. Para aquellos que no tienen la Palabra de Dios, las opciones son entre “lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal”. Y deben tomar esas decisiones todos los días. Para aquellos que creen en Dios pero no están convertidos, Dios los juzga según la letra de la Ley. Por otro lado, para aquellos que tienen la Palabra de Dios y están convertidos, Dios los juzga según la intención de sus corazones y mentes. ¿Realmente lo aman con todo su corazón, mente, alma y fuerza? Si pecan, ¿se arrepienten y abandonan sus pecados? Recuerde, Dios siempre honra el arrepentimiento verdadero y profundo.
Al darnos “libre albedrío”, esto es lo que Dios nos ordena en Deuteronomio 30: “He aquí, he colocado delante de ustedes en este día vida y bien, y muerte y mal, en que les ordeno en este día amar al SEÑOR su Dios, caminar en Sus caminos, y guardar Sus mandamientos y Sus estatutos y Sus juicios para que puedan vivir y multiplicarse. Y el SEÑOR su Dios los bendecirá en la tierra donde van a poseerla.
“Pero si su corazón se aparta, de modo que no escuchan, sino son arrastrados y adoran a otros dioses y los sirven, Yo les denuncio en éste día que ciertamente morirán; no prolongarán sus días sobre la tierra a donde pasan sobre el Jordán para ir a poseerla. Yo llamo al cielo y la tierra para registrar este día contra ustedes que he colocado delante de ustedes vida y muerte, bendición y maldición. Por tanto, escojan vida, para que ustedes y su semilla puedan vivir, que puedan amar al SEÑOR su Dios, y puedan obedecer Su voz, y puedan unirse a Él; porque Él es su vida y la longitud de sus días, para que puedan vivir en la tierra la cual el SEÑOR juró a sus padres—a Abraham, a Isaac, y a Jacob—dárselas”” (versos 15-20).
Estos mandamientos se aplican a todos—¡en todas partes y en todo momento!
Cuando Jesucristo regrese y los santos comiencen a reinar con Él, sólo entonces habrá un gobierno perfecto sobre los seres humanos. “Pero será en los últimos días que la montaña de la casa del SEÑOR será establecida en la cima de las montañas y será exaltada sobre los montes; y la gente fluirá a ella. Y muchas naciones vendrán y dirán, “Vengan y subamos a la montaña del SEÑOR, y a la casa del Dios de Jacob. Y Él nos enseñará Sus caminos, y caminaremos en Sus senderos”—porque la ley saldrá de Zión, y la Palabra del SEÑOR de Jerusalén. Y Él juzgará entre mucha gente y reprenderá naciones fuertes lejanas; y ellos batirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en ganchos de poda. Nación no levantará espada contra nación, ni ellos aprenderán más la guerra” (Miqueas 4:1-3).
Folleto—Juzgar juicio justo: Ejercer un juicio justo es una de las cosas principales que debemos aprender en preparación para reinar con Jesús en el Reino de Dios. Para ayudarle a entender más acerca del “juicio justo”, incluimos en este correo el folleto actualizado Juzgar juicio justo. Como verá, aprender a juzgar con rectitud es absolutamente vital. Es un aspecto integral de la ley, el amor y la misericordia: ¡todos van juntos!
Acción de Gracias en USA: El 3 de octubre de 1863, el presidente Abraham Lincoln fijó la fecha oficial para el Día de Acción de Gracias en la nación. Los estadounidenses lo habían celebrado durante muchos años, pero en fechas diferentes. Lincoln era un hombre que estudiaba diligentemente la Biblia. Entendía que Dios era el Autor de nuestras bendiciones como nación, y que también nos corregiría por nuestros pecados. La siguiente proclamación fue escrita mientras la Guerra Civil aún estaba en curso. El general Lee se rindió el 9 de abril de 1865, y todas las fuerzas terrestres se rindieron en junio, mientras que las fuerzas navales finalmente se rindieron en noviembre. Esta es la proclamación de Lincoln para el Día de Acción de Gracias:
“UNA PROCLAMACIÓN
“El año que se acerca a su fin ha estado colmado de bendiciones, como campos fructíferos y cielos saludables. A estas bondades, que disfrutamos tan constantemente que tendemos a olvidar de dónde provienen, se han sumado otras que son de una naturaleza tan extraordinaria que no pueden dejar de penetrar y ablandar incluso el corazón de quienes habitualmente son insensibles a la providencia siempre vigilante de Dios Todopoderoso.
“En medio de una guerra civil de magnitud y severidad sin igual, que a veces ha parecido a los estados extranjeros invitar y provocar su agresión, se ha preservado la paz con todas las naciones, se ha mantenido el orden, se han respetado y obedecido las leyes y ha prevalecido la armonía en todas partes, excepto en el teatro del conflicto militar, mientras que ese teatro se ha visto contraído en gran medida por la avanzada de los ejércitos y armadas de la Unión.
“Las necesarias desviaciones de riqueza y de fuerza de los campos de la industria pacífica a la defensa nacional no han detenido el arado, el transporte, ni el barco; el hacha ha ampliado las fronteras de nuestros asentamientos, y las minas, tanto de hierro y carbón como de metales preciosos, han producido aún más abundantemente que antes. La población ha aumentado constantemente a pesar del derroche que se ha producido en el campamento, el asedio y el campo de batalla, y el país, regocijándose por la conciencia de una fuerza y un vigor aumentados, puede esperar que continúen los años con un gran aumento de la libertad.
“Ningún plan humano ha ideado ni mano mortal ha realizado estas grandes cosas. Son los dones misericordiosos del Dios Altísimo, quien, aunque trató con nosotros con ira por nuestros pecados, no obstante se acordó de Su misericordia.
“Me ha parecido adecuado y apropiado que todo el pueblo estadounidense los reconozca solemne, reverente y agradecidamente, con un solo corazón y una sola voz. Por lo tanto, invito a mis conciudadanos de todas partes de los Estados Unidos, y también a quienes están en el mar y a quienes están de paso en tierras extranjeras, a que dediquen y observen el último jueves del próximo noviembre como un día de acción de gracias y alabanza a nuestro benéfico Padre que mora en los cielos. Y les recomiendo que mientras ofrecen los reconocimientos que justamente le deben a Él por tan singulares liberaciones y bendiciones, también, con humilde penitencia por nuestra perversidad y desobediencia nacional, encomienden a Su tierno cuidado a todos aquellos que han quedado viudos, huérfanos, dolientes y sufridores en la lamentable lucha civil en la que estamos inevitablemente involucrados, e imploren fervientemente la interposición de la mano Todopoderosa para sanar las heridas de la nación y restaurarla, tan pronto como sea compatible con los propósitos divinos, al pleno goce de la paz, la armonía, la tranquilidad y la unión.
“En testimonio de lo cual, firmo la presente y hago que se coloque el sello de los Estados Unidos.
“Hecho en la ciudad de Washington, este tercer día de octubre de 1863 d.C., y el octogésimo octavo de la Independencia de los Estados Unidos.
“Por el Presidente: ABRAHAM LINCOLN
WILLIAM H. STEWARD, Secretario de Estado”
Es bueno que como nación tengamos un día oficial de acción de gracias a Dios. Tenemos muchos problemas en USA—delincuencia, corrupción, abuso de drogas, una invasión de inmigrantes ilegales, etc. Sin embargo, siempre debemos estar agradecidos a Dios por sus muchas bendiciones—por tener la Palabra de Dios a nuestra disposición y por su llamado a la vida eterna. ¡Que todos tengan un maravilloso Día de Acción de Gracias!
Hermanos, sigamos acercándonos a Dios diariamente en oración sincera y en el estudio de la Palabra de Dios. Esto nos permitirá crecer en gracia, conocimiento y juicio justo. Damos gracias a Dios el Padre y a Jesucristo por la bondad y misericordia que nos muestran a todos. Les agradecemos por su amor y fidelidad a Dios y a los demás. Gracias por sus oraciones por nosotros y por todos los hermanos. Les agradecemos por su fidelidad en los diezmos y las ofrendas, especialmente en estos tiempos difíciles. Oramos para que Dios continúe bendiciéndolos y cuidándolos en toda manera. Oramos por ustedes diariamente—por su salud y su sanidad a través del amor y la gracia de Dios.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC